Prefacio
Cada una de las megaciudades en esta publicación tiene condiciones locales específicas que caracterizan sus condiciones geográficas, climáticas, hidrogeológicas, demográficas y económicas.
Sin embargo, también comparten desafíos similares en materia de gobernabilidad del agua con múltiples actores concentrados en sus propios deberes y preocupaciones. Por ejemplo, pueden trabajar conjuntamente para elaborar soluciones para la adaptación al cambio climático. La problemática del agua en las grandes ciudades incluye demasiados aspectos concentrados en un pequeño número de manos. Para lograr una visión global se requiere de la cooperación entre los expertos de múltiples disciplinas.
La génesis de esta publicación se llevó a cabo en la región parisina en Francia, sede de la UNESCO y de ARCEAU, la asociación de actores regionales del agua. Fue publicada en el marco de la Conferencia Internacional “Agua, Megaciudades y Cambio Global”, celebrada durante la COP21 en París.
En nuestra opinión, el caso de París demuestra que la cooperación entre las autoridades locales y regionales en torno a los problemas y desafíos del agua es posible en una escala amplia. Por lo tanto, quizá no resulte sorprendente que esta iniciativa haya surgido de la megaciudad del Gran París.
En 2015, una nueva ley francesa sobre la organización del territorio francés estableció la metrópoli del Gran París. Esta metrópoli comparte numerosas características con otras grandes ciudades del mundo occidental. Sus redes de agua y saneamiento fueron diseñadas y desarrolladas durante el siglo XIX, y la cumbre de la expansión urbana ha ido y venido. La única diferencia radica quizás en el hecho de que el río Sena, en el que se descarga tanto el agua tratada y no tratada, tiene un flujo relativamente bajo.
Las características de la organización institucional del Gran París son igualmente similares a otras megaciudades. Múltiples actores están presentes los que van desde los ciudadanos comunes a los servicios públicos, pasando por una serie de autoridades locales. París, como ciudad central, tiene una importante especial en relación con otras ciudades del área metropolitana que constituyen los suburbios. Sin embargo, París presenta una división en tres niveles: municipal, departamental e interdepartamental, para la gestión del saneamiento y la distribución de agua, realizada por tres grandes sindicatos (dos que operan bajo un régimen semipúblico y semiprivado y otro más mediante un régimen público).
Un breve análisis de los principales actores y de sus acciones pone de evidencia algunos puntos interesantes. Los principales operadores están acostumbrados a interactuar con sus homólogos extranjeros y a tratar de producir innovaciones que les permitan gestionar mejor sus redes ya sea para el saneamiento o bien para el agua el agua potable. Esta tradición les ha otorgado reconocimiento y les ha permitido posicionarse en congresos internacionales. La generación actual ha continuado con esta tradición lo que le ha permitido, entre otros, la rehabilitación de la gran planta de tratamiento de la comuna francesa de Achères, así como la gestión automatizada de las redes.
Uno de los pocos laboratorios que trabajan en Francia sobre el tema del agua urbana se encuentra en la región parisina Sus investigadores, en colaboración con otros, son los responsables de haber desarrollo técnicas para el control de aguas pluviales a nivel de la fuente. También han estado a la vanguardia en lo que respecta al conocimiento de la contaminación de las descargas de aguas residuales en temporada de lluvias mediante el desarrollo de sistemas de medición y herramientas de modelación. Otros laboratorios, tanto públicos como privados, han realizado también logros importantes en materia de técnicas de tratamiento de aguas residuales y tratamiento de agua potable. Desafortunadamente, estos avances han sido poco difundido a nivel internacional.
Finalmente, a principios de la década de 2000, los parlamentarios locales tomaron un renovado interés en la gestión del agua, siguiendo la tradición de sus predecesores de los años de entre las dos guerras mundiales, quienes crearon un sistema de tratamiento de aguas residuales para toda el área metropolitana de París e intentaron establecer una gestión compartida del suministro de agua.
Todos estos actores son personas notables. Una coincidencia afortunada se produjo en 2013 cuando todos se reunieron en torno a un proyecto para valorar los trabajos de investigación y las experiencias locales, lo que dio origen a la conferencia internacional "Agua, Megaciudades y Cambio Global”, celebrada en 2015 en París. Esta configuración es, creo, bastante única en el mundo actual.
Esto nos lleva a una pregunta clave: ¿Qué conocimientos pueden esperar obtener los interesados de esta publicación?
El mero acto yuxtaponiendo las monografías de las 15 megaciudades nos revela una serie de conclusiones, la más importante se presenta en el primer capítulo, "Agua, Megaciudades y Cambio Global: Retos y Soluciones”. Este capítulo se centra tanto en los problemas comunes de estas aglomeraciones urbanas, así como en los aspectos específicos de cada megaciudad. El campo de estudio es ya bastante amplio ya que incluye la gestión de las redes y los riesgos, las relaciones entre el agua y la planificación urbana, y los aspectos económicos y la gobernanza. Al mismo tiempo, este estudio reconoce los límites de la interpretación, como la definición de una “megaciudades” que varía necesariamente de una monografía a otra. Esta falta de una definición única unificadora puede originar alguna frustración entre los investigadores. Sin embargo, esta publicación pone de relieve la necesidad de un análisis más profundo de los temas específicas planteados por la gestión del agua urbana en las grandes aglomeraciones urbanas.
Estas interrogantes no sólo se refieren a las acciones que se pueden implementar para mejorar la gestión del agua: una planta de tratamiento de aguas residuales para varios millones de personas no funciona de la misma manera que una que da servicio a unos pocos miles de habitantes. De la misma manera, una alta tasa de crecimiento urbano inducirá a reflexionar sobre la calidad y cantidad del agua que será distribuidas. Estas preguntas se refieren también a las soluciones que se pueden implementar para mitigar o para adaptarse al cambio climático, gracias al potencial de la investigación y la innovación en las universidades y las asociaciones públicas. La extensión de este enfoque conducirá inevitablemente a cambios a nivel de gobierno quien es el responsable de implementar finalmente las soluciones pertinentes.
Jean-Claude Deutsch, Presidente de ARCEAU-IdF